Errores que dañan tus pies de gato sin que te des cuenta

Errores que dañan tus pies de gato sin que te des cuenta

Errores que dañan tus pies de gato sin que te des cuenta

Hábitos que desgastan prematuramente el calzado y cómo corregirlos

Si escalas con frecuencia, sabes que tus pies de gato no son solo una herramienta: son una extensión de tu cuerpo. Pero incluso los modelos más resistentes acaban deformados, desgastados o rotos antes de tiempo... y muchas veces la culpa no es de la roca, sino de tus hábitos. Aquí repasamos los errores más comunes que dañan tus pies de gato sin que lo notes y cómo corregirlos para alargar su vida útil.

Caminar con ellos por el suelo

Uno de los errores más frecuentes y dañinos es caminar por el pie de vía o por el rocódromo con los gatos puestos. La goma está pensada para adherirse a presas o roca, no para soportar fricción constante con grava, tierra o superficies rugosas.

Cómo evitarlo:

Llévate unas chanclas o zapatillas ligeras y cámbiate justo antes de empezar a escalar. Y al terminar la vía o bloque, haz lo mismo. Tus pies lo agradecerán y tus gatos también.

Guardarlos mal

Tirarlos al fondo de la mochila, al lado de los friends o el arnés, puede deformar la puntera, agrietar la goma o hacer que pierdan forma.

Cómo evitarlo:

Guárdalos en una bolsa independiente, con la goma limpia y sin tensión. Si están mojados, sécalos antes. Si tienen mal olor, airearlos es mejor que meterles desodorantes agresivos.

Escalar con los gatos mojados

La humedad debilita los materiales. Si escalas con pies de gato mojados (por sudor o por haberse empapado en un barranco cercano), la goma pierde adherencia y el pegamento se degrada.

Cómo evitarlo:

Evita charcos, lluvia o cantos mojados. Y si sudas mucho, usa calcetines ultrafinos o cambia de gatos entre vías. También puedes usar papel absorbente tras cada sesión para secar el interior.

No resolar a tiempo

Esperar a que la goma se haya gastado completamente o incluso a que se vea la puntera (la rand) es uno de los errores más graves. A partir de ese punto, no solo es más caro repararlos, sino que es posible que ya no se pueda hacer un resolado en condiciones.

Cómo evitarlo:

Haz revisiones periódicas. Cuando notes que la goma está visiblemente más delgada, contacta con un taller especializado. Un resolado a tiempo puede prolongar la vida del gato en más de un 50%.

Elegir la talla equivocada

Usar gatos excesivamente ajustados "porque dan más precisión" puede provocar deformaciones y dañar tanto tus pies como el calzado. Y lo contrario también es cierto: si van demasiado sueltos, se arrugan y se desgastan mal.

Cómo evitarlo:

Consulta con expertos y elige un modelo que se adapte a tu tipo de pie y estilo de escalada. Y recuerda: no todos los gatos están pensados para el mismo tipo de roca ni para el mismo nivel de compresión.

Secarlos al sol o con calor directo

¿Los has lavado o se han mojado en una sesión húmeda? Ponerlos al sol o cerca de una estufa puede parecer una buena idea, pero el calor directo endurece la goma, deforma el upper y acorta su vida útil.

Cómo evitarlo:

Déjalos secar en un lugar ventilado, a la sombra y con papel en el interior si están muy húmedos. La paciencia aquí juega a tu favor.

Cuidar bien tus pies de gato es tan importante como saber usarlos. No hace falta que los trates como si fueran de cristal, pero sí con un poco de atención: te durarán más, rendirán mejor y, lo más importante, te ayudarán a escalar con más seguridad y precisión.

Regresar al blog